Seguridad en los guardamuebles: un valor agregado para empresas y usuarios

Cuando un usuario realiza una búsqueda de guardamuebles o depósitos para guardar y proteger sus pertenencias piensa siempre en garantía de seguridad. Además de buscar una empresa que satisfaga sus necesidades de espacio –para aquellas cosas que no puede tener en su casa u oficina pero de las que tampoco quiere deshacerse-, uno de los requisitos imprescindibles que demanda tiene que ver con que la empresa reúna todas las medidas de seguridad posibles para garantizar el cuidado de sus bienes.

Cámaras de seguridad, vigilantes y alarmas…

En general, los guardamuebles y trasteros se encuentran dentro de instalaciones o recintos cerrados que están debidamente delimitados y protegidos, y a ellos sólo tienen acceso las personas que contrataron el servicio. Todos tienen la obligación de garantizar que el espacio alquilado es privado y que solo el cliente tiene acceso al mismo. Los controles correspondientes deben llevarse a cabo con el sistema que se haya acordado, que puede ser un simple candado, puertas con clave de acceso o blindajes especiales.

Por otra parte, el recinto completo puede estar protegido con diferentes sistemas como un circuito de cámaras de seguridad, uno o varios vigilantes durante algunas horas o las 24 horas del día y diversos sistemas de alarma. Estos últimos avisan a la empresa responsable para que ésta garantice la atención inmediata en caso de intento de robo, incendio, fuga de agua, etc.

Garantías de conservación: higiene y limpieza

Las empresas de guardamuebles y trasteros deben estar preparadas, también, para asegurar la mejor conservación de los diferentes enseres que puedan almacenarse. Es decir, deben ofrecer instalaciones seguras, en las que se realicen controles permanentes de higiene y limpieza para evitar la entrada de agentes contaminantes que deterioren el interior de los espacios dedicados al almacenaje.

Por otra parte, las empresas de guardamuebles o depósitos deben contar con pólizas de seguro (propias o subcontratadas a terceros) que aporten garantía extra a los bienes guardados. Esto se aplica especialmente al caso de objetos o materiales delicados o de importante valor económico. Tanto la empresa como el cliente deben cumplir rigurosamente las cláusulas especificadas en el contrato para que, ante cualquier eventualidad, se lleve a cabo el procedimiento correspondiente.